El juego de la seducción

¿Qué se esconde tras el flirteo? ¿Es sólo un juego o es una infidelidad? Es un tema habitual en una terapia de pareja con nuestro psicólogo.

Por Manuel Fló

Tienes pareja y le quieres. Pero te gusta flirtear, te encanta sentir que te desean y te excita simplemente el pensar en tener una aventura. Te cuidas y te pones guapa, y cuando quedas con amigos buscas en el local alguien con quien coquetear, alguien con quien llevar a cabo ese juego de la seducción aparentemente inocente…

Disfrutas con los preliminares. Que te miren, que te desnuden con la mirada. Esa sonrisa que lo dice todo. Ese gesto inequívoco de que le atraes. Te muerdes el labio, te excita la simple atracción física, el poder que ello te otorga. Luego llega el contacto físico, la caricia, y de ahí el deseo. Probablemente no es el sexo lo que más te interesa, lo único que buscas es esa sensación de sentirte deseada, ese saberte con capacidad seductora, ese poder falso de pensar que hay alguien que se interesa por ti. Y, aunque sabes que está mal, no lo puedes evitar.

¿Supone algún problema este juego tonto? Por supuesto, especialmente cuando la pareja es celosa. Aunque la relación sea más o menos liberal, probablemente le sentará muy mal verte coquetear con otra persona. Pero no sólo es un problema a nivel de pareja, también a nivel individual: ¿Qué te lleva a coquetear, qué te lleva a sentir que necesitas esa aceptación ajena?

Algunos alegan que el flirteo es inherente al ser humano, porque es una expresión de la necesidad de agradar a los demás, un sentimiento que todos poseemos, como animales sociales que somos.

Pero si llega a ser un comportamiento desmedido, quizá haya un problema de falta de autoestima. Y puede que también existan conflictos de pareja, falta de deseo, rutina o miedo al compromiso. El origen de este comportamiento hay que buscarlo con una terapia personalizada primero, y seguramente también hará falta una terapia de pareja. Consúltalo con Psico-Impronta.

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seducción, terapia de pareja, psicólogo Barcelona, autoestima, miedo al compromiso, infidelidad, conflictos de pareja