¿Te has casado con la persona equivocada?

Es un sentimiento muy común en las parejas, o al menos una pregunta que uno se hace de vez en cuando. ¿Por qué? ¿Acaso estamos destinados a casarnos con la persona equivocada?

Por Neus Jordi

Es lo que argumenta Alain de Botton, filósofo y autor de la novela “The course of love” (“El curso del amor”). Sí, que nos casamos con la persona equivocada, aunque intentemos evitarlo, aunque estemos convencidos, al principio, de que es nuestra media naranja.

Según el escritor, y según muchos psicólogos, la causa principal es que al principio todos parecen normales, pero los problemas de la pareja, nuestros propios problemas, emergen cuando convivimos con la otra persona, cuando se producen fricciones y roces, cuando se pueden contrastar opiniones distintas sobre la compañía de Internet que hay que contratar o sobre el colegio al que mandar a los hijos, por poner dos ejemplos. Porque seguramente todos estamos un poco locos, todos sufrimos nuestras manías, nuestras obsesiones, que evidentemente no mostramos a nuestra pareja en las primeras citas.

Claro que hay un proceso de conocimiento antes de irnos a vivir con la pareja, o antes de comprometernos, de casarnos o de tener hijos. Uno conoce a la familia, a sus amigos, hace preguntas sobre su vida, curiosea en sus redes sociales… Pero no existe la posibilidad de indagar en el futuro, en cómo será esa persona cuando pase por una crisis en el trabajo, cuando se le ponga delante una oportunidad que no puede dejar escapar, cuando surja un imprevisto…

Pero nos casamos o nos “emparejamos” porque no queremos estar solos, porque creemos que el sentimiento del enamoramiento dura para siempre, porque queremos alguien al lado con quien compartir las decisiones… Es una elección, un proyecto común que sufrirá fricciones, pero que habrá que saber esquivar, aceptar o comprender, para evolucionar, adaptarse y volver a querer.

Al fin y al cabo, según De Botton, elijamos quien elijamos para ese proyecto común, siempre, en algún momento, nos irritará, nos enfadará, nos molestará, nos decepcionará. Por eso no tiene sentido separarse, truncar el proyecto.

Es seguramente una visión muy pesimista, pero evita las decepciones y los fracasos. Hay que hacer desaparecer la idea romántica del matrimonio, de la pareja ideal, de la media naranja. Aprendamos, simplemente, a ser felices con esa persona que hemos elegido, con sus defectos y con nuestros defectos. Saber negociar, ser comprensivos, lograr ponerse en la situación del otro… serán virtudes muy apreciadas para que el proyecto sea un éxito.

En Psico-Impronta nuestro psicólogo en Barcelona es especialista en la terapia de pareja. No dejes de consultarnos si tienes dudas, porque vale la pena: tienes un proyecto en común para salvar.

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