Hace dos años que estoy casada y nunca he tenido una penetración

Una mujer casada que no ha podido tener una sola penetración por dolor y miedo a ese dolor.

Por Manuel Fló

Sandra, 29 años; administrativa. 

Este es uno de esos casos que llaman la atención pero que de hecho son de fácil resolución. Se trata de una profesional de tipo medio, con mundología, con habilidades sociales pero que después de tres años de noviazgo y dos de casada sigue sin poder tener una penetración. No encuentra una respuesta concreta a porque no puede y ella misma se responde que no lo ha intentado resolver antes porque le daba corte y han ido pasando los años.

Ante la recogida de información no encontramos ningún hecho o circunstancia que nos indique que puedan existir causas directas de esta imposibilidad, ni físicas ni emocionales.

Se le pauta su auto-exploración, una buena cantidad de información sobre sexualidad, y un proceso lento de reconocimiento de su propia penetración. Se le dan las instrucciones que combinan la relajación con la visualización de las situaciones que a futuro se va a ir encontrando y con la introducción paulatina y controlada en diferentes pasos.

De entrada tiene muy buena acogida, consigue introducirse sus propios dedos sin mayor dificultad en un baño de agua caliente, en casa cómoda, tranquila,… Esto nos hace pensar que su proceso será fructífero y rápido. A las pocas semanas ya es la pareja la que está introduciendo sus dedos y al poco tiempo ya se realiza esa primera penetración de pene.

Como es lógico, la satisfacción tanto de Sandra como de su pareja es enorme.

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Dolor a la penetración